viernes, 2 de noviembre de 2007

Neonazis mexicanos: peligro latente

mardi, juin 14, 2005


Bruselas.- No hay estimaciones sobre el número de activistas, pero la carencia de expectativas, ligada a la pobreza, está ayudando a la propagación del pensamiento neonazi en países como México, asegura Sergio Widder. El discurso populista e intolerante que manejan sus promotores, agrega, ofrece una señal de aliento a ciertos jóvenes de medios marginales que han perdido la esperanza en la democracia.
El Frente Nacional Socialista de México, otra agrupación sobre la que alerta el centro, dice oponerse a las "instituciones demo-burguesas" y pugna por "una economía nacional y del pueblo frente al capitalismo financiero y monopolista", a través de un nacionalismo "profundo" que considera incompatible con el marxismo.
Al mismo tiempo apela al "sentido de la autoridad, de la disciplina y de la violencia" para "desenmascarar a los poderes feudalistas".
Ese tipo de radicalismo político está atrayendo nuevos adeptos, casi todos de núcleos urbanos. Así lo constatan los mensajes electrónicos que ha recibido el colectivo Nuevo Orden. En ellos, jóvenes de Guadalajara, Tlaxcala, Querétaro y el DF asumen su simpatía con los postulados de una "América nazi" y algunos hasta piden su ingreso como militantes.
"Soy fiel a los principios nacionalsocialistas, defiendo a la raza blanca, promuevo la expansión de la ideología con otros blancos como yo, esperando formar un día un grupo lo suficientemente grande para hacernos escuchar", cuenta uno de ellos.

Nuevo Orden nació en España en 1997 y está bien integrada a la constelación del movimiento europeo. Nostálgicos del régimen fascista de Francisco Franco, sus seguidores promulgan, al igual que la protección ambiental, el cuidado físico y una vida sana, "la eliminación de los ambientes de corrupción y miseria" y "el endurecimiento de la represión contra los elementos antisociales". Sueñan con la "reconstrucción" de una sociedad basada en los "valores de la raza blanca" y la familia católica.
Recientemente abrió una filial en México y hay establecidos canales de comunicación con otros ultraderechistas latinoamericanos.
Y es que México es un país donde las autoridades y la sociedad tienden a subestimar la actividad de los neonazis, declara un experto europeo a condición del anonimato. Los radicales españoles, en cambio, a pesar de estar acumulando argumentos al ritmo que crece la inmigración árabe, continúan siendo socialmente condenados y con la ley en la mano se les combate.

En la Unión Europea se castigan las expresiones racistas o la negación del exterminio judío; en Francia o Alemania está ilegalizada la venta de símbolos nazis; e incluso la federación regional de futbol acaba de lanzar una campaña para frenar las manifestaciones de desprecio racial en los estadios. En México no.

"En esta patria como en las de Latinoamérica se encuentran bases ancestrales para el establecimiento del Nacional Socialismo. Méjico (sic) en especial tiene gran similitud con Alemania antes del Tercer Reich", afirma la agrupación que encabeza Carlos Roger, Ultimo Reducto, y que opera desde Atizapán, Estado de México.
No se ve viable una inserción de los neonazis como tales al sistema de partidos, opina una fuente de inteligencia mexicana en Europa que ha seguido a estos grupos. Pero, como sucede en Alemania, Francia, España o Reino Unido, un mayor número de ellos puede animar ataques hormiga contra quienes consideran sus "enemigos": la comunidad judía, los homosexuales, las prostitutas o los "comunistas".

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